17 de diciembre de 2009
Universidad Nacional de Mar del Plata
Sres Consejeros Superiores:
Una vez más nos encontramos a fin de año en la última sesión plenaria del Consejo Superior para tratar el presupuesto universitario.
El año pasado los estudiantes denunciamos el escaso presupuesto enviado desde el Ministerio de Educación y presentamos una propuesta minoritaria, cuyo tratamiento intentó evadirse por gran parte de este cuerpo y la gestión actual. Nuevamente presentamos esta propuesta para ser debatida. Se basa en dos cuestiones:
1. Calcular la partida presupuestaria que esta Universidad requiere, considerando las necesidades reales de la investigación, extensión, docencia, políticas de Bienestar Estudiantil, etc. Este paso es fundamental si se quiere realizar un análisis serio de la situación presupuestaria de nuestra Universidad. Entendemos que en la Comisión de Organización de Recursos este debate debiera ser primordial.
2. En base al déficit que se evidencie entre este presupuesto base cero, y la partida enviada por el Ministerio de Educación, exigir al Gobierno Nacional el refuerzo presupuestario necesario para el funcionamiento óptimo de la Universidad pública.
La propuesta de la gestión actual se basa en la distribución de la partida presupuestaria recibida, sin considerar cuales son las necesidades de las facultades. Reiteramos que la política que se está llevando a cabo año tras año desde la gestión se basa en la distribución de la miseria.
La decisión política de avalar el ahogo presupuestario, por parte de las gestiones de turno y los decanos, tienen como consecuencias:
-que se naturalice el hecho de que la educación se financie con recursos propios (arancelamiento de cursos, post-grados, transferencia), lo cual implica la venta de conocimientos e infraestructura al sector privado.
-el condicionamiento a la Universidad en el desarrollo de políticas de investigación, extensión y docencia, lo cual, combinado con la acreditación de las carreras a organismos externos como la CoNEAU, implica una violación de la autonomía universitaria.
-mayor restricción en los ingresos y falta de políticas de bienestar, lo cual repercute directamente en la permanencia y egreso, teniendo como resultado la expulsión de los sectores populares.
En síntesis, estas políticas conllevan a que La Universidad responda a los intereses de las grandes empresas y no a los intereses de la sociedad en su conjunto y, en particular, de los sectores más vulnerados.
Ante esta situación, desde el movimiento estudiantil, entendemos que una Universidad pública y popular es impensable si la enmarcamos en la lógica del mercado. Nuestros esfuerzos cotidianos están volcados en romper con estas lógicas que llevan a nuestra universidad a profundizar la crisis en la que se encuentra. Entendemos que tenemos aquí dos caminos:
Uno es declamar la dificultad de continuar con esta realidad educativa, lamentándonos por los “recortes no deseados” pero necesarios para sostener el funcionamiento de nuestra institución (lo que muchas denominamos administración de la miseria).
Otro es no conformarse con esta realidad, y generar acciones y propuestas que conduzcan al conjunto de la comunidad universitaria a la exigencia por mayor presupuesto que nos permita el desarrollo de políticas educativas deseables, y no meramente posibles.
Sin embargo la gestión Morea, y los Consejeros Superiores que hoy votarán su propuesta, toma el primer camino, el fácil, el de la complicidad. Más aún, sin darse la posibilidad de un debate más profundo al respecto.
En el presupuesto del Rector ilegítimo Morea, el porcentaje total para funcionamiento es de sólo 3,37%, aún menor que el año pasado (en el año 2009 fue de 3,47 %). Esto es incoherente con el CIN (Consejo de Rectores de todas las Universidades Nacionales), del cual el Rector participa, quien recomienda como mínimo el 15 % del presupuesto total para funcionamiento.
Además del funcionamiento, las Políticas de Bienestar también se ven afectadas. Las becas siguen pagándose la mitad de lo que la normativa lo establece. La partida para beca de materiales es escasa. El Comedor Universitario tiene un presupuesto inferior que el recomendado por la propia comisión de comedor. Y la lista sigue…
En lo que respecta al comedor, nos parece importante hacer algunas consideraciones en este documento ya que forma parte de las políticas que aquí denunciamos. Las reivindicaciones que los estudiantes venimos impulsando desde hace tiempo y que quedaron plasmadas en la declaración que el Consejo Superior aprobó, no se materializan en el funcionamiento cotidiano del comedor, ya que por ejemplo no se cocina allí, sino que se le compra a una cooperativa. A raíz de esto el costo del plato sube a $11, el subsidio de la universidad es de $6 y el costo para el estudiante es de $5.
Invitamos a los Consejeros Superiores, y a la comunidad en general, a ir al Comedor, para comprobar que el costo es muy alto y que, por otro lado, el menú deja mucho que desear en cuanto a su valor nutritivo.
Una vez más, nos topamos con el ocultamiento de información y la falta de consideración hacia los estudiantes en la toma de decisiones. Hace más de un mes que la comisión de comedor no funciona, y, cuando lo hace, nuestras propuestas no son tomadas en cuenta, sino que el Secretario de Bienestar, Daniel Reynoso, decide unilateralmente.
Es por todo esto que responsabilizamos a la gestión de la pésima administración del comedor universitario, una lucha estudiantil de años que hoy está muy lejos de ser el proyecto que impulsamos.
Por otro lado, una cuestión fundamental son los fondos provenientes de la Minera La Alumbrera. Hoy se tratará el presupuesto universitario y siquiera se hace mención a un tema que venimos denunciando hace tiempo, y es el dinero manchado de sangre proveniente de esta mega empresa y que ya fue rechazado en varias facultades a nivel del país.
Finalmente, entendemos que la defensa de la crisis presupuestaria de la Universidad no puede estar basada netamente en lo discursivo o en declaraciones de intención. Sólo en la práctica y en la toma de decisiones que apuntan a defenderlos se refleja la voluntad real de transformación.
Somos actores políticos y como tales no podemos naturalizar prácticas que van en sentido contrario de lo que defendemos.
Creemos que más allá de enunciaciones de reconocimiento acerca de esta crisis, la Gestión Morea no ha tomado un rol activo en la propuesta de acciones concientizadoras y de real impacto que nos permitieran como comunidad avanzar en el ejercicio de nuestro derecho y no seguir restringiendo nuestras posibilidades a políticas posibilistas que sólo llevan a achicar las posibilidades de crecimiento y autonomía de nuestra Universidad.
Por todo esto es que proponemos un Presupuesto Alternativo, real, necesario y deficitario. No vamos a ser cómplices del Ahogo que produce este Gobierno, vamos a seguir construyendo una alternativa desde la propuesta y desde la lucha. Este es el camino que elegimos seguir caminando.
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